martes, 25 de junio de 2013

Café 2. MoMA (New York)

Hace unos años, visitando París, quedé gratamente sorprendida por la calidad de la comida del bar del Louvre, en un día de un frío intenso, y haciendo un alto en el recorrido por un Museo increíble pero agotador... una reparadora comida te llena el alma y te da fuerzas para seguir adelante sin parar. 
En esta oportunidad en el MoMA me pasó lo mismo! era un día de frío medio lluvioso en NY, con ráfagas de viento, con esa sensación de desprotección que te genera la isla con los rascacielos inmensos y el gris por todos lados. 
El Café 2, está en el tercer piso, y es uno de los 3 sitios que hay para comer. En concordancia con el edificio del museo, que es como cajas de vidrio blancas apiladas, también es una caja blanca, con grandes ventanales al fondo que dan a un jardín. Una puesta despojada y sencilla marca la sofisticación de esta propuesta.

El servicio, HIPER eficiente, sonriente y en español, fue muy placentero. Cabe destacar, un fenómeno que vi mucho allá y que seguramente nosotros vamos a tardar mucho en incorporar: el fenómeno de las mesas comunales en sitios con un promedio de alrededor de u$s 30. El cual es alto, si lo comparamos con el precio de un menú de comidas rápidas que ronda los u$s 6. Los sitios están casi pegados, en mesas bien largas (de 30 personas aprox.) y se dividen con unas banderitas. Como los sitios no son lo ruidosos que acá, el tema se tolera aunque asombra e intimida. Vestidos de negro riguroso, se ganan la propina, que por buen gusto, allá siempre ronda el 20%.

Pedimos un salmón grillado con vegetales que estaba muy bien, y un paninni de quesos varios que venía acompañado de unas olivas maravillosas. Las sopas, ensaladas y pastas que llegaban a las mesas, se veían deliciosas, aunque las porciones son un poco pequeñas. Una curiosidad: el pan, nos lo cobraron parte, y muy caro: 1,5 el equivalente a un mignon!
En el estado de New York no está permitido servir alcohol antes de las 12 del mediodía, así que eso acabó con nuestro antojo de una picada con quesos y jamones italianos, que rondaba los  u$s 30 también. Un café y a seguir recorriendo este curioso museo.

1 comentario: