miércoles, 22 de junio de 2011

Pochoclo acaramelado


(Para una tarde de cine o lluvia)

200 grs. de maiz pisingallo
1 taza de aceite
150 grs. de azúcar (ó 200!)

vainilla

sal

En el fondo de una olla profunda y con base ancha, poner un espejo de aceite de alrededor de 1/2 cm. Cuando esté caliente agregar el maíz, acomodar y tapar. Subir el fuego al máximo y escuchar los plop plop plop! cuando se acaben, apagar el fuego. Retirar la tapa con cuidado. Con espumadera retirar los pochoclos explotados, descartar los granos q no hayan explotado.
Limpiar la cacerola y poner nuevamente al fuego, esta vez moderado. Agregar la mitad del pochoclo y espolvorear con la mitad del azúcar, un poco de sal y unas gotas de vainilla. Cuando empiece a formarse el caramelo en el fondo, revolver hasta que sea absorbido por completo por el maíz. Volcar en una asadera y asegurarse de mezclar nuevamente, hasta dejar los granos sueltos. Repetir la operación.

Esta receta, me la dio Gonzalo, y el pororó (es rosarino) sale igualito al del cine!

jueves, 16 de junio de 2011

Sarasa Negro


Lo prometido... es deuda!! Ante todo, disculpas queridos lectores por demorar esta reseña desde febrero, pero lo bueno, se hace esperar y el dato les va a servir para las vacaciones de invierno en Mar del Plata.
Ubicado en un barrio periférico, lejos del mar es un lugar para habitués, entendidos y recomendados, además de famosos en plan gourmet. De afuera, dice poco, con una fachada discreta. El nombre se lo deben a la fusión de los apellidos de sus dueños: Fernanda Sarasa y Patricio Negro (se conocieron cocinando y se casaron!).

El salón es grande pero tienen pocos cubiertos, en clara señal del respeto por sus comensales y por sus cocineros, para que los segundos puedan dar lo mejor de sí mismos a un número coherente de comensales: comida de primera calidad, hecha magistralmente. Hay exposición de cuadros en las paredes, buena iluminación, lindos platos, copas y cubiertos
.

El servicio es armonioso con el bajo nivel de decibeles que se maneja en el lugar, amable, discreto, con conocimiento profundo de cada plato, con anticipación y cuidado por el cliente. También guían con el tema de las bebidas de ser necesario. La panera era excelente, aunque como pasó mucho tiempo, no recuerdo exactamente lo que nos sirvieron.

La carta es corta, con lo justo y necesario para satisfacer todos los gustos, pero sin abundar en las mil versiones del abadejo como sus colegas marplateneses dedicados al grueso del turismo. 


De aperitivo ese día, nos trajeron una sopita de tomate con un cholga, absolutamente gloriosa. Pedimos una entrada de callos de vieira con tomate espectacular (Alrededor de $40). De principales: bondiola de chancho con chutney de ciruelas y papas aplastadas fundente y delicioso (alrededor de $60) Luego del principal tienen la delicadeza de servir un prepostre de limón con albahaca y de postre optamos por unas frutillas tan perfectas como la naturaleza puede darlas en febrero con una crema batida de jengibre. Nada más y sin embargo... INOLVIDABLE!!! Precios más que razonables con un vino, rondaba los $100 por persona.
No dejen de ir! Mar del Plata tiene otra cara, cuando la dotamos de estos recuerdos!!

Mi puntaje: 9,50

San Martín 3458 - Mar del plata.
Reservas (Recomendadas) al
(0223) 473 08 08

Estamos todos locos?

Hace mucho que vengo pensando y amagando con compartir con ustedes aquellas costumbres que mas me irritan de los restaurants, esas pequeñas manías, estafas, avivadas, y cosas irritantes a las que nos someten los dueños o gerentes de los "boliches" gastronómicos.

El precio "fijo" que no es fijo: Ves en la vidriera una "oferta" que resulta tentadora, de menú ejecutivo, ideal para los mediodías al paso, donde el precio del menú es muy importante porque el presupuesto es limitado en horario de trabajo. Peeero... cuando ya estás sentado y pensando en que pedir, lees chiquito abajo "no incluye el precio del cubierto" y entonces cuando sumás los $8, $10 o $12 del cubierto, te das cuenta que gastás más ahí, en el bolichín modesto que en el mas lindo del a avenida. Por que nos someten a esta estafa lisa y llana? Ni hablar de los grasas que te cobran la panera. 

Los amontonamientos de comedero en restaurant cancheros: Muchas promoción, buena fama y caés en la tentación! por que no ir a La Cabrera o a su hermanito tano Marcelina y García? sabés que no son baratos pero tanta fama, debe de ser por algo. Enfilás para Palermo y después de esperar segurísimo alrededor de 1 hora, te ofrecen una mesa... al lado de otra mesa y con algo que en algún momento les pareció genial: separarlas con una lona negra montada en un bastidor. LAMENTABLE. Ese fue el día en que dije "están locos" y "no vuelvo a poner los pies acá, por más que el ojo de bife sea magnífico". Una falta de respeto inmensa! Detrás de la lona carcelaria, no se ve ni la decoración.

La desfachatez de los precios: En un país en crisis, donde al 80% de la población le cuesta tanto llegar a fin de mes, es pertinente cobrar por una comida para 2 bastante escasa alrededor de $600? creo que de a poquito han ido perdiendo la vergüenza, y avanzando de a $10 han llegado adonde estamos ahora. Me ha pasado de volver con hambre a mi casa.

Manteles "reciclados":  Por favorrr! basta de asquerosidades! de manteles puestos en triángulos sobre los de base mugrientos!! sean honestos y demos cuadrados de papel si es necesario, pero que estén limpios! Costumbre de fondas y cantinas: Spiagge Di Nápoli lo hace sin ponerse colorado.

Los baños de terminal de trenes: Si tenés abierto el turno de la noche de 20 a 01... osea, 5 horas... como se te ocurre que nadie va a visitar el baño para condicionarlo? Cito un ejemplo típico : Siga la vaca.

El paté de "vayaunoasaberque": En cuanto te sentás, y para poder cobrarte el cubierto del ejemplo número 1, te traen una pasta marronoza y oxidada que nunca se sabe bien que es, ni de que está hecho. Es sospechosos por donde se lo miren y básicamente es un untable hecho de sobras.

La camarera tarada: Por que razón contratan a alguien que no puede recordar "una coca y una sprite"? estoy harta de las torpezas, desquicios, incoherencias, mascachicles y demases. BASTA de chicas que a veces son lindas! pongan gente que sepa atender. (y eso que hace muchísimo tiempo que no reseño el temita del hielo, ya volveré!)

Dejo acá... y prometo volver!!

martes, 7 de junio de 2011

La fondue


Una bonita esquina de Almagro, se presenta como "la fondue" aunque el subtitulo sea "pescados pizzas y no me acuerdo que más". Eso, justo al llegar, me hizo desconfiar. Al entrar, sigue la línea estética, con una balanza antigua de las de verdulería en la puerta y una gran exhibición de quesos. Iluminación tenue y poco ruido.  
 El servicio es desbordado, descuidado y poco profesional, salvo el recepcionista, que es más prolijo y está más pendiente, de todos modos, las mesas grandes, no pueden manejarlas.

La panera consta de galletitas caseras, bien crocantes y panes de colores, secos y poco sabrosos. Falta pan blanco, para acompañar mejor las tablas de quesos y fiambres. También un untable rico, con cebollita de verdeo. Pedimos una tabla surtida, con excelentes fiambres y quesos ,bien estacionados y aceitunas gordas negras. Luego, fondue de queso: rica, pero con ingredientes escasos (salchicha alemana que llega fría, panceta demasiado grasosa, pepinitos pickles, ricas ciruelas pasas, lomito, etc.) de postre ,se impuso la de chocolate, que con mucho fuego se quemaba y con poca se ponía dura, acompañada de frutas varias, y trocitos de vainilla.

El precio ronda los 100$ por persona. Para una cena íntima y diferente.

Mi puntaje: 7


México y Mármol

domingo, 5 de junio de 2011

Yuki


Había leído y leído sobre el Sr. Kaneto y su espléndido sushi, finalmente me rendí a la tentación y una noche de miércoles (sólo hago mención al día que lo visitamos) previa reserva (que es IMPRESCINDIBLE ya que la compra se hace día a día y en base a las reservas) fuimos a conocer esta planta baja sin carteles alusivos, donde destacan bien grandes los 3 números de la dirección. Luego de tocar le timbre, entramos en un ambiente un poco desangelado y austero, quizás por demás en relación a los precios. 

Los manteles son simples cuadraditos de tela color verde, las copas son de vidrio y las sillas muy sencillas. Hay un tatami, y un par de reservados. Incluso la calefacción está provista por una estufa de tubitos "Liliana". El servicio es exquisito, super atento, con esa calma dulce y armoniosa que nos transmite los japoneses. Primero, las toallitas calientes para calentar las manos, luego, una entradita de 3 bocados: un trocito de omelette de huevo en capitas agridulces, un bocadito de atún y cebolla colorada y otro bocadito de calamares apenas blanqueados, todos deliciosos.

El sistema de precios es incierto, porque todo dice "desde xx" por lo tanto, no se sabrá a ciencia cierta cuanto nos han cobrado por cada plato, hasta que llegue una listita escrita a mano. (no me atrevo a asegurar que fuera una factura de verdad) Pedimos una tempura de langostinos grandes y jugosos y trozos de pescado a la que para mí gusto particular, le faltaba sabor (DESDE $65) también un surtido de sashimi con un pescado graso blanco y fundente fabuloso, corvina, salmón y abadejo (DESDE $90 las 24 piezas) también pedimos un surtido de rolls (DESDE $90) que POR SUPUESTO no tiene nada que ver con el que conocemos lleno de Philadelphia (no por eso menos sabroso, hagamos justicia a los que nos hicieron fans del sushi). Algunos memorables otros... no tanto, TODOS liliputienses. Antes de barrernos los pies del local, nos sacaron de la cocina 4 piezas con congrio marinado, que fueron francamente glorioso. Más 2 botellas de vino rosado, un bombón escocés y un almendrado (flojisimos los postres) alrededor de $550. Por ese precio, hemos comido muy bien en lugares menos despojados.

Para conocer lo más auténtico del a cocina japonesa en Buenos Aires.

Mi puntaje: 8  
Pasco 740 4942-7510

(2 hs. de estacionamiento sin cargo en el Parking de la otra cuadra)