lunes, 21 de octubre de 2013

Estilo Campo

Evidentemente orientado al público turístico, este local de Puerto Madero, con los mozos disfrazados de gauchitos (q bajón por favor trabajar de bufón) y con los precios del merchandising en la última hoja del menú (taza con plato, facón y hasta servilleta.... sisi... servilleta! seguro q los turistas mueren por llevarse la servilleta del restaurant jajajaja) tiene una linda decoración, con un espacio razonable entre las mesas y muchas con vista al río.

El servicio me resulto pastoso, camareros cansados en el turno almuerzo no son una buena señal, todo lo hacen a las cansadas, arrastrando los pies. Sirven el agua como una catarata (un vicio de los últimos .tiempos? lo mismo nos pasó en La Rosa Náutica). La panera está bastante bien, con algunos destacados como las barritas de queso, acompañan con un queso blanco untable muy de los 90´s.


Pedimos las mollejas ($90 aprox.) a las q se les notaba DEMASIADO el hervor previo, estaban sabrosas y eran de buena calidad, por lo tanto no merecían tanta crueldad. Una ensalada de berro minúscula cotiza y como! ($66) y ya viene condimentada, ensopada en vinagreta... cuando aprenderán los mozos q medir YO el nivel de aderezo de lo q YO voy a comer? No es un servicio, más bien es un incordio. Tambien la bondiola arrollada q salía de la cocina ($143) . Me hizo acordar muchisimo a aquellos platos de los "PIZZA-CAFÉ" espantosos reflejos de la era menemista. El morroncito, el perejil y la rodaja de limón, de otro tiempo, de uno q no debería volver. Lo único pasable eran las papas cuñas, porq la salsa q en la carta figuraba como Demi-glace era tomatoza y espantosa. Por último un café solo pasable q sale con unos petit fours y una crema catalana correcta ($46) con el plato super decorado con salsa de frambuesas... Les avisan por favor q todo eso afortunadamente quedó en el pasado?

Mi puntaje: 6,5

Conviene reservar, vaya uno a saber por q, suelen tener reservas enormes para eventos.

Alicia Moreau de Justo 1840  4312-4546

lunes, 7 de octubre de 2013

La Rosa Naútica

Así como en el cine se dice que  "Segundas partes nunca fueron buenas" parece que la frase se aplica también a los trasplantes de restaurants. Pasó con "Astrid y Gastón" con su pobre desempeño de molduras de telgopor. Vimos también desembarcar a Sagardi con mucho ruido y pocas nueces  y el caso que nos ocupa hoy... La Rosa Náutica.

El restaurant es grande, luminoso, bien ambientado, salvo por una barra en el lateral izquierdo con un montón de chucherías y porquerías amontonadas, que no tiene ningún sentido y afea el conjunto final. Tienen una linda terraza y algunas mesas más lindas que otras, aunque los mantelitos tejidos al crochet tienen marcas de vaya uno a saber que comensal, desde antes de pedir el agua mineral... 

El servicio es antipático, desde la recepcionista con el "tienen reserva?" ridículo el mediodía de un miércoles y con el salón a media máquina. Esa cosa de no dejar al cliente estar cómodo y marcarle el paso es un muy mal vicio de estas chiquitas anoréxicas aspirantes a modelos, que necesitan justificar el sueldo. Seguimos con el camarero, al que no se le pudo extraer una sonrisa en toda la comida, otro que nos maltrató y nos ninguneó todo lo que pude, hasta q lo llamé levantando el tono con un "DISCULPAME"  que lo trajo rojo como un tomate, por fin a la mesa... y claro! Eramos los únicos locales.. será que nuestra plata no vale lo mismo que las propinas extranjeras? jajajaja. La cuchara la puso al revés para el postre, el agua la servia con la fuerza del volcán Vesubio, y ni una vez se ocupo de las servilletas que por demasiado almidonadas, iban a dar al suelo.


La panera tiene unos pancitos morochos, que parecen de leche, medio dulzones muy interesantes y unos blancos del montón, acompaña un trío compuesto por manteca, una especie de mousse de salmón y algo indescriptible por vista, olfato y gusto.
Probamos el tiradito "Rosa nautica" de pescado blanco y salmón rosado (aproximandamente $135) marinado en mandarina. Excesivamente ácido, ensopado y difícil de tragar, aunque ambos pescados estaban excelentes y frescos. También el risotto de camarones (aprox. $160) que salió en menos de 20 minutos... y que se puede esperar en esos casos? arroz marcado, gusto artificial y gruesas virutas de queso parmesano que no aportaban nada a un plato que por definición debería haber sido cremoso y sutil, coronado por 3 langostinos, hacían bulto unos corazones de alcaucil. Por último, el postre: natilla catalana (alrededor de $50) nada especial y fría a pesar de estar quemada... .tanto cuesta hacer esas cosas a la minute? El café buenisimo... 

Mi puntaje: 6

Alicia Moreau de Justo al 200