jueves, 21 de febrero de 2008

Mamá Europa


Una linda esquina, sobre Benjamín Matienzo, un poco fría en su puesta, pero con agradable y tranquila vereda, el estilo, no se condice con la carta, como veremos mas adelante. La carta está separada en comidas para el cuerpo y comidas para el alma. La propuesta es de comida judía, tradicional y no tanto, con un apartado de sandwich gourmet muy interesante, como el de pastrón con 500 grs. de este fiambre tibiecito ($33) que obviamente, es para compartir.
El servicio es normal, amable, y saben los ingredientes de los platos, lo cual no es poca cosa.
Pedimos un sandwiche Little Italy (salami, aceitunas negras, lechuga, queso y aderezos) muy suculento, enorme, de esos que hay que abrir la boca a riesgo de dislocarse la mandíbula $15 y un baggel de salmón de 75 grs. (hay de 150 grs. a $33 y es para compartir) con el baggel un poco duro, y medio desangelado. Tienen todo tipo de cocinas tradicionales, que vale la pena probar en invierno.

Mi puntaje 7

Benjamin Matienzo 1599 4772-0926 y 4777-3835


www.mamaeuropa.com.ar

martes, 19 de febrero de 2008

Feliz cumpleaños!!!


Bueno, no podía no poner un post por esto... finalmente, el blog es mío! jajaja! Hoy cumplo 32 años, y queria compartir con ustedes, mis lectores, la alegría!!
Cada año nos deja huellas, nos deja enseñanzas y mas y mas ganas de seguir haciendo cosas, mirando para atrás, y viendo todo lo cosechado! En mi caso, lo que más aprecio, es todo el cariño que me rodea.

Besotes y gracias por estar ahi, del otro lado!!!

viernes, 15 de febrero de 2008

Babaganoush


4 berenjenas
jugo de 2 limones
4 dientes de ajo
1 cucharada de tahine
sal
pimiento negra
50 cc. de aceite de oliva
pimentón

Cocinar las berenjenas al horno, en mitades, rociadas con aceite de oliva y salpimentadas, a las berenjenas previamente se les hacen cortes en la carne, para que penetren los sabores. Cuando están listas, se procesan con el resto de los ingredientes. Se sirve a temperatura ambiente, con triangulitos de pan pita, o tostaditas del mismo pan, como apettizer.

martes, 12 de febrero de 2008

Se les sube la fama a la cabeza?

Los adoramos, los pasamos de boca en boca, seguros de lo que estamos diciendo... ya los probamos, y estamos seguros de que no nos van a defraudar. Como esas cosas que se conocen y en las que se confía. Y un buen día... ya no son lo que eran, y nos dejan la desazón, y la bronca.
Son esos restaurants que teníamos en la lista de favoritos, creyendo que nunca jamás iban a bajar su pedestal. Impecables, cálidos, con buena comida o porciones abundantes. Con buena atención, excelente relación precio calidad... Pero todo tiene un final, todo termina, cantábamos en los campamentos alrededor de la fogata... y desgraciadamente, esto se cumple.
Citaré 4 casos, en los que últimamente me vi envuelta.
1- Café San Juan: todo maravilloso, cuidado, pequeño, prolijo. Fui la semana pasada y de pronto... la panera es tan mala como siempre, los precios se dispararon (si antes un plato caro, rondaba los $32, hoy trepó a los $44) Las porciones se achicaron, donde había 2 trozos de salmón, ahora hay uno. La pastas, aceitosas. Lugar turístico, fama repentina... esperemos que vuelvan a su rumbo.
2- El cuartito: subió los precios, era de esperar... pero en una mesa de fórmica medio roñosa, una gaseosa $5,30? no será mucho muchachos? La promocionada pizza de provolone Santa Rosa, pasó de tener abundantes y gordas rodajas de queso increíble, a tener espóradicas fetas cuadradas y finas como el papel.
3-Restó... este si que me duele! Las porciones se achicaron, la carta no se renovó, un almuerzo puede rondar los $50 y todo tarda una eternidad. Un plato de salames caseros bla bla, sale $18 y son cortadas con láser las 12 fetas ínfimas que nos llegan, a razón de $1,50 cada una (!!!) La panera sigue siendo maravillosa, gracias a Dios.
4- Cervantes: bodegón de la zona de Congreso, que solía tener porciones interminables, hoy bajó la calidad (donde había una parva de papas fritas crocantes y doradas, hoy hay un modesto montoncito, de papas crudas y aceitosas); los platos que antes eran para compartir, a $14, se convirtieron en platos justos, a $20. El cubierto pasaron a cobrarlo $2,50 sin NADA, ni un mísero paquetito de manteca, con el cual paliar la espera. Como si la pintura verde con la que volvieron a embadurnar sus paredes, le hubiese subido la categoría! el vidrio de la puerta sigue roto y los baños sin agua.
Dejaremos de ir? quizás si, quizás no, porque la experiencia nos dice que mejor malo conocido que bueno por conocer. Lo que quiero dejar sentado, es que el consumidor no es idiota, y los malos cambios, los nota y lo que es peor, los comenta.

domingo, 10 de febrero de 2008

Los cocineros!!

Hola! Les presento a "Los Cocineros", un grupo de música, que tocan habitualmente vestidos de cocineros, y en sus videos siempre hay alusiones divertidas a la cocina, como en este, donde bailan vestidos de hortalizas.
Prestar atención a la parte mas dulce de la letra donde dice "cocina para ti...!"
Espero que lo disfruten.

Un beso

TRIX



viernes, 8 de febrero de 2008

Malevo


La esquina fue almacén de ramos generales, y quedan algunos rastros, como la heladera empotrada de madera, a lo largo de la pared, que aun funciona. Mezcla de comercio y vivienda, con la vereda adoquinada, es un precioso lugar, muy cálido y con los detalles justos, las yerberas en las mesas, de a una y con los colores surtidos, las mesas con una distancia adecuada, la cocina que se adivina detrás de una cortinita, impecable. Los baños, que están en reforma, pero conservan percheros de bronce y bachas antiguas, así como los espejos y las puertas. El lugar es pequeño, unos 40 cubiertos, sumando un saloncito que tienen a continuación. En verano atienden también en la vereda.
El servicio es impecable, desde el recibimiento en adelante, un puro placer, tuvieron la deferencia de ofrecernos una mesa de 4, aunque eramos 2, para que estuviéramos mas cómodas. El camarero es super sólido en sus conocimientos y están atento a todos los detalles, hasta nos abrió la puerta que conduce a los baños, al vernos desorientadas.
La comida es perfecta, todo en un punto exacto! Desde el pan casero que llega apenas tibio al a mesa, hasta la temperatura del café. Pedimos una entrada de jamón crudo (maravilloso, en un punto de maduración perfecto) boconccinis de muzzarella y rúcula, muy abundante $17. Bondiola de cerdo con salsa de cerveza y puré de batatas que se dejaba partir con el tenedor, dada la terneza de la carne (muy abundante también) $29 y cordero braseado que sale con trigo burgol aunque no tuvieron inconveniente en cambiar la guarnición por vegetales al wok, que estaba increíble! tierno, sabroso, en esas cocciones largas que hacen de esta carne un bocado divino $31. De postre pera en un almibar delicioso con helado de limón y amarettis en migas, fresco, suave, sabroso. Toda la comida sale perfecta, en un tiempo razonable y a una temperatura justa.
De lunes a jueves, 2 x 1 con Amex Gold, de viernes a Domingo 4 x 3.

Mi puntaje 9

Mario Bravo 908 4861-1008

martes, 5 de febrero de 2008

Del ruido y otros demonios

La comida puede ser excelente, el servicio impecable, la decoración paradisiaca... Pero todo se puede desbarrancar poco a poco, con algunos "detalles".
Ruido ensordecedor: esa música seleccionada por el enemigo de la calma, marcha, salsa o cantantes latinos a grito pelado, parlantes mal conectados y nosotros haciendo el esfuerzo de tapar el bullicio, tratando a su vez,de subir la voz y quedarse afónico, solo para pedirle a nuestro partenaire de turno la sal.
Mala iluminación: no se ven los títulos de los platos en la carta, no vemos los colores de la comida que nos sirven, a veces, no vemos ni lo que nos rodea, hacemos todo a tientas, penando en no matarnos al tropezar con otro incauto comensal que haya tenido la infeliz idea de querer ir al baño como nosotros.
Peloteros y afines: el ruido de indios desatados, las corridas por el salón de niños descalzos, la algarabía de piruetas detrás de un vidrio, uno termina pensando que está en el zoológico y bueno sería tirarles algunas galletitas, ya que los pequeños contenidos por una sola maestra jardinera (aunque sean 30 y de diferentes edades) rara vez se acercan a tragar las milanesitas, ravioles y afines de los menúes infantiles que sus padres piden para ellos.
Baños: los baños incómodos, pequeños, con bajos índices de limpieza, pueden sacar de quicio a cualquiera, los ubicados sobre el techo de las cocinas, son abrasadores, como una visita al infierno. Los que no tienen gancho para las carteras, injustificables. Si un cubierto sale $4 o más, no debiera incluir el derecho a baños impecables, con reposición de toallitas, papel y jabón durante toda la noche? o es mucho pedir? Mal de estos tiempos, mas de la mitad de los baños que he recorrido tienen baja presión de agua, con suerte, pero me ha tocado visitar algunos sin una sola gota de agua, sería pertinente que se clausuraran los restaurants que operan de este modo.
Olor, aroma o tufo (como prefieran) Esa cosa de salir con la ropa hecha un muestrario de la carta, el pelo oliendo a fritura... una tortura! Creo que nadie elige ir de la cena a la ducha. Sin buenas campanas de extracción, esto sucederá indefectiblemente.

domingo, 3 de febrero de 2008

Ambiente wok



Pequeñísimo, diminuto, simpaticón, y con la cocina a la vista,... así debe ser, pues este local, centra el 80% de su actividad, en el delivery, que según cuentan, llega siempre caliente, bien embalado y a tiempo, mérito poco común en los deliverys porteños. Estratégicamente ubicado en la zona de las productoras y empresas del límite entre Chacarita y Palermo es entendible y celebrable que el esfuerzo esté puesto en las entregas a domicilio.
Perteneciente a un grupo de cocineros que enseñan a cocinar en el IAG, (Pablo Ferrari, Pablo André, Hernán Dominguez y Santiago Giorgini) tienen pasión y detalles de calidad por donde se mire. La cocina, dentro de las dimensiones del local es amplia, cómoda y luminosa, las mesas altas confortables, la decoración justa, Los baños, pequeños y bien equipados. El servicio es el clásico palermitano, pero nos repusieron el hielo sin que tuvieramos que pedirlo, todo un mérito.
La carta es coherente, hacen "cocina urbana contemporánea" hay sandwiches gourmet, ensaladas, platos al wok y tentadores postres, quizás lo que desentona minimamente es la propuesta de entradas, con papas bravas y aros de cebolla. Se destacan entre las bebidas, la limonada de jengibre y la infusión de frutos rojos, 2 delicias que en verano son un elixir del cielo! La única bodega que trabajan, es Zuccardi.
Pedimos los aros de cebolla $7, muy ricos, pero la mayonesita que acompaña, es de muy baja calidad y no les aporta nada, quizás estarían mejor con un dip de queso azul. La ensalada tibia de pollo $15, es suculenta, perfecta, y muy bien servida con unas tostaditas, los bocaditos de pollo (especie de croquetitas rellenas de queso muy bien sazonadas) eran deliciosos. Luego probamos el pollo agridulce $19 que me desilusionó un poquitín, pues se parecía mas a todos los demás salteados que a un auténtico pollo agridulce, pegajoso y embriagador, de todos modos, la porción era generosa, y venia con arroz tazmin.
Para ir, sentarse en la vereda, tomar litros de limonada y disfrutar con amigos.

Mi puntaje 7,5

Bonpland 899, esquina Rodriguez de Velazco.

La cocina de Les Halles

"Este libro pretende ser un manual de campaña sobre estrategia y tácticas. Quiero decir que en las siguientes páginas te llevaré de la mano y te haré recorrer en gran parte el proceso con el mismo esmero, el mismo tono confidencial y diplomático que utilizaría si seleccionara a un nuevo recluta para la cocina del restaurante.
Sólo doy por sentado que puedes manejar un cuchillo con razonable competencia para no ponerte en peligro ni poner en peligro a los demás. Que te gusta la comida. Que serás puntual. Te enseñaré lo mejor del mis habilidades, te enseñaré a organizar grandiosas cuestiones metafísicas -tu tiempo y tu espacio- a dominar tu estado de ánimo. Te enseñaré también cómo enfrentar cada tarea y cada receta. Aprenderás a presentar las comidas igual que un profesional, a disponer el PUESTO de modo que puedas trabajar con precisión, sin despilfarrar, con pulcritud, organizadamente, sin tropezar contigo mismo como cualquier inútil."

Un libro para disfrutar de punta a punta, con recetas no demasiado difíciles de realizar, y una concepción dinámica. De tapa dura, y con lindas fotos, aunque no están fotografiados en su mayoría, los platos. Está dividido en capítulos, de acuerdo al tema central del que se traten las recetas.
Como ya nos tiene acostumbrados el autor ("confesiones de un chef") Anthony Bourdain, todo está salpicado de anécdotas, retos al lector, guiños, insultos en Español en el original y ese fuego sagrado de cocinero de ley, que suele tener el poder de transmitirnos.
En este caso, se trata del recetario de cocina del restaurant del que es chef ejecutivo, la braserie "Les Halles" en la ciudad de New York, bien sazonado con impresiones personales y confesiones de todo tipo.
Es un poco caro, pero vale la pena!

Precio en librerías $130.

Viejo Indecente


En una preciosa esquina de Palermo, se haya esta casa reciclada con sabiduría y decorada de un modo muy particular, con colores encendidos, grandes ventanales, pinturas eróticas mesas elegantes, lindas copas y cubiertos; además de una elección excelente de música de fondo, exquisita, que acompaña sin atronar. Hasta acá, todo bien.
El servicio es histriónico (con comentarios como "fantástica elección!" , "oh, si! con colchón de verdes y vinagreta!", "hummm! la bondiola es estupenda!") pero no hace mal su trabajo. De hecho son muy atentos, a pesar de que uno se ve desconcertado por tantas exclamaciones.
Pido, un plato de bondiola de cordero, el camarero me felicita entusiasta por mi elección... pero me dice que "lo están preparando" y no puede ofrecérmelo (10 de la noche...) pido uno spinchos de cordero a la provenzal... "están buenisimos" pero no nos queda. Ok! Finalmente, de una carta inusitadamente corta, donde se repiten los ingredientes hasta el hartazgo (3 platos contienen queso camenbert, 4 hojas frescas, que solo se representan con rúcula, 4 platos son de pollo...) elegimos: pechuga de pollo rellena $32 (exigua, seca y sin relleno), pollo con salsa de champignones con papas noisette $26 (las papas eran las mc cain congeladas, esas bolitas de puré inmundas... ) , el plato del día: bife de chorizo (duro) con reducción de Jack Daniels y papas rústicas (digno, nunca supimos le precio, pues no lo cobraron) y yo elegí 2 entradas, pues el camarero me advirtió del reducido tamaño: mollejitas con cebolla caramelizada $22(super agrias, de caramelizado, nada y las mollejas eran mínimos pedazos de grasa recocida) y camenbert al horno con hojas verdes... que resultó ser un plato con tostadas enormes, y algo de queso por encima $16. Un fiasco. Los vinos están remarcados hasta el abuso, pidiendo por un Norton clásico $29.
Los baños son como de un modesto restó campestre, sin papel, ni jabón, totalmente inapropiados para el estilo del lugar.
Realmente, no lo recomiendo, es más! subo este post, para que nadie caiga en la "tentación!"
Indecentes son los precios, la calidad, la propuesta.

Mi puntaje: 4

Thames 1905.


Fatay


Masa
1 kg de harina 0000
25 g de levadura
6 cucharadas de aceite de maíz
400 cc de agua tibia
1 cucharadita de sal

Relleno
1 kg de carne picada
6 cebollas medianas
1 cebolla de verdeo
3 tomates redondos
Jugo de 5 limones
1 cucharadita de ají molido
Perejil fresco
Sal y pimienta negra molida

1. Masa: realice una corona con la harina y coloque en el centro la levadura. Disuélvala en un poco de agua tibia y agregue el aceite. Coloque la sal por afuera. Tome la masa agregando agua hasta conseguir un bollo tierno y liso. Deje reposar durante 20 minutos. Luego, estire finamente y corte en discos.

2. Relleno: sumerja los tomates enteros en agua hirviendo unos segundos. Retire y colóquelos inmediatamente en un bol con agua helada. De esta manera, podrá pelarlos fácilmente. Quite las semillas y corte en cubos pequeños.

3. Mézclelos junto con la carne picada, la cebolla rallada, la de verdeo picada finamente, el ají molido, el perejil picado, el jugo de limón y salpimiente. Lleve a la heladera durante toda la noche (12 horas).

4. Rellene los discos de empanada. Cierre de la manera tradicional (triángulos) y cocine en horno fuerte hasta dorar.