martes, 8 de enero de 2013

La Pasiva

Cruza la orilla, la tan famosa chivitería uruguaya para instalarse en le corazón de la porteñidad, la avenida Corrientes. Originalmente un local de venta de panchos, su logo durante años ,tenía un niño rubicundo sentado en un barril, comiendo de estos. 
En un local super amplio, donde funcionaba una disquería hace años, pusieron su primer local con la estética y el menú característico. Mesas de fórmica, sillas de madera clara, televisores por doquier, servilletas de papel y cubiertos que llegan a la mesa envueltos en las mismas. 

El servicio es rapidísimo, atento, expectante y práctico, se adelanta a las necesidades para no perder ritmo, pues siempre la cola invade la vereda, aunque el salón es gigante. Vestidos de un modo que no se ve hace años por estas orillas, se mueven como un ballet.

El menú tiene todos los clásicos que nos recuerdan a Di Pappo: obvio y ante todo: panchos! también pizza cuadrada, frituras, cervezas tiradas, grandes postres, ensaladas sencillas y sandwichs desmesurados, siendo estos últimos de pechuga de pollo o de lomito (cuadril quizás?) acompañados con simple lechuga y tomate o propuestas q se van complicando con huevos, panceta y una larga lista de etceteras, acompañados con papas fritas congeladas, puede elegirse comer al pan o al plato, de todos modos, necesitará cubiertos! feo café... mejor tomarlo en un sitio más acogedor!
Promedio por persona $70

Mi puntaje : 6,5

Corrientes 1743 

lunes, 7 de enero de 2013

Mi cocina irreverente

Francis Mallmann es... un Maestro, una inspiración, un caballero, un BonVivant, un pionero, un formador de camadas y camadas de cocineros fantásticos. Pero por sobre todas las cosas, Francis es un imán, una fuerza poderosa que nos atrae, nos hipnotiza, nos subyuga, desde sus programas de televisión (a quién le importa que y donde cocina? lo que nos importa es verlo, escucharlo, dejarnos llevar adonde nos quiera llevar de la mano...) desde hace un tiempo, también nos emboba desde sus libros.
Ya lo hizo hace un par de años, con "Tierra de fuegos" y llega ahora, de la misma colección "Mi cocina irreverente. 
Es, ante todo, un  objeto para codiciar y atesorar. Un regalo exquisito para todo tipo de público, una colección de imágenes y anécdotas maravillosas y es... Francis. Su vuelta de tuerca, su cocina a la chapa, su sencillez, su sofisticación, su experiencia de vida... su esencia. 
El libro vuelca la experiencia de haber filmado un ciclo de cocina para televisión, pero junto con las recetas fáciles de reproducir, hay también un croquis para hacer una parrilla ambulante como la que él usó en los programas que se hicieron en París. 
Sencillamente genial, sencillamente Mallmann.

Precio en librerías: $240 en tapa blanda y $290 en tapa dura. 

jueves, 3 de enero de 2013

California Burrito Co.

Se trata de una cadena, que no está presente solo en nuestro país, sino en algunos otros de América latina como Uruguay, Colombia y Ecuador. Primero abrieron un local en Palermo, que funciona a tope todas las noches y otro en el Microcentro con éxito asegurado, sin dejar de ser una propuesta SUPER al paso. Ahora tiene presencia en Shoppings (Probamos en el de Unicenter). 
 

 Si bien la atención de los crew podría mejorar, saben y explican bien de que se trata el producto. Los Corners son un poco tristones y por lo menos el día que fuimos nosotros, faltaba TODO, desde los sobrecitos de sal  hasta algunas gaseosas.
El menú se compone de los típicos platos TEX-MEX, como los nachos con diferentes salsas, los burritos que dan nombre a la cadena y unos pequeños tacos. Hay también combos y ensaladas. Probamos el burrito y una porción de nachos (con gaseosa $63) y consta de una tortilla enorrrrrrrrrrrme que se puede ir rellenando a medida que se va avanzando en la línea de montaje, con carne pollo y cerdo, con vegetales, con arroz, frijoles, queso, salsas y un etc. impresionante de cosas. Luego con una presteza increíble lo envuelven, lo ponen en un papel de aluminio y lo calientan en una prensa caliente. Solo hay que retirar la oreja superior de papel y comer sin desenvolver!!

 El resultado es una comida al paso rica, bastante sana, liviana y diferente, como para escaparle a las hamburguesas, a las tartas con miles de millones de calorías en crema y yemas y a las pizzas que más que a la piedra son de piedra.

Mi puntaje: 7


miércoles, 2 de enero de 2013

Berenjenas con yoghurt

(para 4 personas)


2 berenjenas medianas
3 huevos
100 cc. de leche
harina de garbanzos
semillas de sésamo
Curry
Aceite para freír
2 yogures naturales
1 pepino

Cortar las berenjenas en rodajas de 1,5 cm aprox. En un perol batir los huevos con la leche y el curry, sal y pimienta molida. Por otro lado, mezclar la harina de garbanzos con las semillitas. Pasar las rodajas de berenjena por le huevo y luego por la mezcla de harina y semillas, hornear con abundante aceite o freír. 
Por otro lado, mezclar los yogures con unas gotas de jugo de limón, la piel de los pepinos picada y sal. 
Ideal como aperitivo, acompañando unas cervezas heladas.   

martes, 1 de enero de 2013

La Pescadorita

Hace muchos años, hubo un creador con una idea genial: una parrilla simpática, parecida a un bodegón, con vino que sale de un barril, con precios amables, buen servicio y cosas ricas. Obviamente... fue un éxito rotundo!! De hecho fue tan exitoso, que salieron como hongos los imitadores, y cuando La Dorita la llegaba a las 5 sucursales... llegó este nuevo concepto, muy parecido pero con distintas materias primas y onda.
En una esquina preciosa (el primer sitio donde estuvo La Dorita) y en diagonal a otra La Dorita, está este sitio de pescados y mariscos con estética marina tirando a marplatense, sillas de playa pintadas de celeste, un piso hecho de pedacitos de mosaico y lobitos marinos y faritos por doquier. Las lámparas son cestas de pesca y del techo penden pescaditos de madera, TODO absolutamente ADORABLE! En este veranito, no olvidar la vereda, que está preciosa también.


El servicio está bien, en el estilo de la casa, es proporcionado por jóvenes de zapatillas, remera negra y delantal largo, de esos que le dicen "chicos" a todo el mundo, pero son simpáticos y no ofenden y sobre todo, son atentos a los requerimientos de los clientes.

El cubierto (a exorbitantes $15 incluidos el de una nena de 6 años) tiene además de una cesta de panes más o menos comunes y un quesito blanco con cebollino, un traguito de Campari con Pomelo, servido en unos vasitos cancheros, auspiciados por la marca.
Pedimos unas rabas ($65) abundantes, crocantes, sequitas, ricas ricas, que salen con una salsita de tomates frescos, logrando sorprender con los sabores. Unos cornalitos ($43) carnosos y muy bien fritos, muy abundantes también, salen con una salsita desabrida y sospechosamente cremosa. También unas papas bravas (no hay papas fritas... imperdonable..... pero la cocina es chica y sospecho que no entra otra freidora) que salen con cáscara y 2 salsitas, la típica picantona y una parecida a un alioli ($36). No llegamos al postre, pues todas las porciones son tan generosas, que nos quedó resto en todas. 

Algo para mejorar: la cocina camino a los baños, se ve y es desprolija y no demasiado atractiva. Cerrar o aprolijar.
Algo para destacar: el baño es chiquitito pero le dieron unos toques que quedan bien.

Mi puntaje: 8 

Humbold 1905