sábado, 25 de septiembre de 2010

NH Crillón

El mediodía nos hace correr, nos pone tensos, sobre todo si estamos en el microcentro y el enjambre de oficinistas nos atropella a codazos, para hacer rendir esa escasa hora, donde hay que comer y despejarse... Por suerte, nos encontramos con pequeños oasis en la ciudad, remansos donde recordar que la vida es bella y el buen servicio también. Para eso, los hoteles son especialistas.

En una ubicación privilegiada, balconeando perezosamente sobre la Plaza San Martín, se encuentra el NH Crillón, y en el primer piso, el restaurant, que es digno de conocerse. Un cubo vidriado, donde el remosado del salón antiguo, se hizo con muy buen gusto ,destacando la llegada de luz a todos los rincones, con una banqueta corrida sobre una del as paredes y diferentes propuestas de mesas, no oculta que es el desayunador del hotel pero se reconvierte efectivamente para albergar almuerzos de placer o de trabajo. (no está abierto de noche).

 El servicio es atento, sonriente, paciente. Haciendo gala de una calma que viene muy bien a esa hora del día donde parece que todo es urgencia. Para destacar, la ropa que lucen. La carta es corta, pero variada y apetecible, con una excelente relación de precio-calidad. Además no cobran cubierto, Y ofrecen un shot de ensaladita tabouleh. Ricos pancitos.

Pedimos la pesca del día con guarnición de zuchinnis y berenjenas salteadas ($34) terminado con unas escamas de sal gruesa, en un punto preciso y precioso el pescado. También la ensalada de verdes variados con langostinos empanados con sésamo ($36) delicada y con un aderezo alimonado. También la limonada con jengibre ($15) que hubiese sido deseable que tuviera gusto a jengibre. El café, delicioso y con la espuma perfecta ($9) sale con un cuadradito de apple crumble de cortesía.

Para darse un gusto, mimarse y disfrutar de una bella postal de Buenos Aires.


Mi puntaje: 8,5


Av. Santa Fé 796

domingo, 19 de septiembre de 2010

Pechugas rellenas con ratatouille

(Para 4 porciones)

4 pechugas
1/2 zanahoria
1/2 berenjena
1 cebolla de verdeo
1/2 morrón
1/2 cucharadita de extracto de tomate
200 grs. de queso gruyere
caldo en polvo
aceite de oliva c/n
4 fetas de panceta ahumada
4 cucharadas de mostaza a la antigua
300 cc. de crema

Tomar las pechugas y hacerles un bolsillo por la parte más gordita, lo más grande posible. reservar. En una sartén antihaderente, dorar las verduras en cubitos de 1 cm. x 1 cm y condimentar con el caldo en polvo. Fuera del fuego, agregar el extracto de tomate y el queso, cortado también en cuadraditos de 1 cm. x 1 cm. Cuando la mezcla esté fría, rellenar las pechugas. Cerrar la abertura con palillos de madera. Envolver cada pechuga en una lonja de panceta y sostener con palillos. En una sartén de doble fondo antihaderente, colocar las pechugas y dorar de ambos lados. Al fin, sumar a la sartén la mostaza y la crema, cocinar a fuego bajo durante 20 minutos.
Acompañar con un arroz blanco perfumado con ralladora de limón.

martes, 14 de septiembre de 2010

Martita


Martita es una señora platinada, santiagueña, que hace unas empanadas cortadas a cuchillo, sensacionales. Martita le pone el pecho a su pequeño restaurant de Boedo, sirve las mesas, saluda a la gente... el marido de Martita da una mano también cuando hace falta. Martita es también, el nombre de este bodegoncito que fue ganando fama sostenida y figura en varias guías del sector. Pasamos este mediodía, sobre las 2 de la tarde y estaba casi casi lleno, muchos habitúes, sin duda, que piden platos suculentos como gambas al ajillo a cualquier hora y saludan al mozo con un beso.

El salón pide a gritos una remosadita, las puertas corredizas de los ínfimos bañitos se traban, los pisos necesitan ser renovados, la minúscula cocina a la vista no luce prolija... así y todo parece que la magia está en otro lado, las mesas en la vereda (las más lindas, que son auspiciadas por una marca de bebidas) siempre tienen gente almorzando al sol. El servicio... atiende con más simpatía a los que van siempre y son hasta descorteces con los nuevos, como si estos últimos no pudieran convertirse luego en lo que son los primeros. La ropa es casi casi la de calle con un delantal encima.... Pero la comida sale rápido y huele bien.  

Pedimos, por supuesto, un par de empanadas, jugosas, con grandes trozos de aceituna, huevo, carne... una fritura sequita, un aroma delicioso! ($4 c/u) luego arroz con pollo ($30) el arroz y el pollo lucían apenas seco e inexplicablemente el mozo se presentó con un plato inmenso de queso rallado y procedió a llover y llover le plato sin detenerse hasta casi el grito del cliente! jajaj y un matambrito de cerdo con papas fritas y salsa criolla ($35) RIQUISIMO!! gruesito, jugoso, sabroso, desgrasado; con unas papas fritas bien caseras y hechas en el momento... un plato para recomendar!!! No llegamos a los postres (se nota que no me gustan los dulces?) pero se vieron pasar unos flanes caseros monstruosos y SUPER tentadores!!

Mi puntaje: 6,5
Cochabamba y Colombres

domingo, 12 de septiembre de 2010

Tercer aniversario del blog!!!



Gente querida, seguidores, amigos... estamos cumpliendo 3 años!! GRACIAS como siempre, por todo y a todos, por acompañarme en este viaje que lleva 3 años de brindis y experiencias!!!



Voy por 3 más!!





TRIX, la cocinera

La Dorita

Tanto había oído hablar de La Dorita que lo tenía como pendiente... su decoración "acantinada", sus lámparas construidas con botellas, las fotos y camisetas, el vino por barricas... todo sonaba muy bien, incluso siempre se habla de la buena relación precio-calidad de La Dorita.... 4 sucursales y un fenómeno de crecimiento sostenido.

Elegí la sucursal Botánico para sacarme la espina de una buena vez. Hice una reserva por la fama de largas colas que tiene el lugar, llegamos puntuales y nos ubicaron en una de esas odiosas mesas con gueridón en el medio... lo tomé como algo inevitable, tratándose de un lugar que se llena... PERO NO, nunca se llenó e insistieron toda la noche apilando gente que pugna por el equilibrio entre la ensaladera y la botella que amenazan con derrapar sobre la ropa. Siempre me pregunto, por que en ciertos lugares, adoran torturar a sus clientes?

El servicio estuvo bien, aunque facturaron una morcilla de más, que jamás pedimos, llegó al a mesa y devolvimos.(es un decir, porque la factura REAL tuve q reclamarla en un tono de voz, más alto de lo q hubiese deseado). Quiero detenerme un instante, sobre la ropa del personal: esas batas de tela finita, que se usaban hace 60 años, que dan aspecto desprolijo y austero, corresponden a un lugar donde sin manteles nos cobran $8 el cubierto?? 

 Pedimos un chorizo ($13) suave, bien, sabroso... el chimichurri y la salsa criolla tenían el mismo exacto sabor a nada. Una empanada de carne ($8) pequeña y reventada, rica masa buen relleno, un tanto cara. Luego fuimos por una ensalada grande de radicheta tomate y cebolla ($22) con muy buena materia prima, hay que decirlo y una tabla de carnes ($57) que se pueden elegir hasta 3 de una lista. Pedimos: entraña (rica rica y en buen punto de cocción) colita de cuadril (una rodaja invisible en la plancha) y bondiola de cerdo (tan escasa como la anterior y sin gusto a cerdo ni la grasa característica del corte...darán gato por liebre?). Para tomar nos dejamos tentar por los pinguinitos de vino ($29 de medio) cabernet de El portillo.
A los postres no llegamos pero se veían pasar correctos y golosos.

Mi puntaje: 7
Bulnes y Cabello y sucursales.