domingo, 27 de diciembre de 2009

Bom plan


El nombre sugiere buena onda, un ambiente desestructurado y un tapeo entre amigos... el local sigue la linea: pizarritas, camareras con lo que se les da la gana puesto, luces bajas, mesas grandes y tapeo. Falta aire... eso si... y como se nota!!
El tapeo es algo que en las cartas de Buenos Aires no suele estar bien resuelto, porque se salta de la salchichita con mostaza, a la empanadita de carne... sin solución de continuidad ni hilo conductor. Problema con el que se enfrenta el ilusionado comensal, que se sienta a soñar con su ronda de tapas bien provista.
A media cuadra de EL club de la milanesa, este bolichito, recibe a muchos de los que no quieren esperar 2 horas para ser atendidos.
Tienen platos de carta, ensaladas y unos sandwichs que pintan muy bien . Invitan con un Bellini cuando uno llega.
Nosotros nos inclinamos por el sistema de tapas que sale $10 cada una: pedimos papas fritas rústicas (con cáscara y cortadas a la española) champiñones aliñados (eran de lata), salchicha parrillera con salsa barbacoa (bien!) bolinhos de queso que salen tibios, alitas de pollo (un tanto desabridas) albondiguitas de carne, paté casero (el color era sospechoso)
La pasamos bien, como corresponde cuando uno sale con amigos.

Mi puntaje : 6,5
Bonpland 1617

jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad Gente preciosa!!


Les deseo con todo mi corazón que esta Navidad sea especial, que disfruten, que gocen, que brinden, que compartan cosas ricas... que se den el tiempo para cocinar, para poner una mesa especial, que cuiden los detalles, que abracen su gente, que se rían con mucha fuerza, que lloren si es necesario... que gocen intensamente de estar de fiesta!! Mi brindis, como siempre, es por la VIDA!!!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Tomo I

En la vida todo llega, aun la oportunidad de conocer lugares míticos como este restaurant que funciona desde 1971, aunque no siempre estuvo en el entrepiso del Hotel Panamericano. Al frente de este buque insignia de la gastronomía porteña se encuentran Hebe y Ada Cóncaro, junto con el apoyo como sommelier de Federico Fialayre, hijo de Ada.
El restaurant tiene una puesta en tonos terrosos, con sillas que podrían renovarse y bastante carente de decoración, tornándose en un ambiente elegante pero un tanto demodé. Las mesas están lo suficientemente separadas entre si y la vajilla es agradable, aunque sorprende la mezcla permanente de diferentes estilos.

El servicio es amable pero atolondrado, nos dejaban las cartas y al momento las venían a buscar, y cuando bajaban los platos, no siempre lo hacían en el orden correcto.
La casa ofrece una selección de entremeses, que consta de una sopita de tomate fría muy fresca, con un dadito de gelatina de albahaca, una tostadita de pan inglés con un topping de aceitunas y morrones en escabeche y un muslito de codorniz. Pedimos una entrada de brie tibio con verdes ($62) el queso estaba levemente enfriado y era del tamaño de un dedo, también pedimos unas endivias con jamón ($68) que estaban deliciosas. De principales chupe ($86) rico, muy rico, con pocos langostinos y arroz, leve y sutilmente picante y mero ($89) sobre un colchón de omelette de hongos y su jugo, absolutamente delicioso. De postre un parfait de maracuyá con frutas frescas ($32) y un parfait de chocolate ($38) con su galleta crocante, sutiles y exquisitos. Mas 2 cafés, 1 botella de champagne y 2 de agua... hagan sus apuestas... bueno, espero que no se asusten, pero la cuenta arañó los $700.
Un lugar para ir una vez en la vida y tachar de la wishlist. Mucho mito a esta altura, para una propuesta que no deslumbra.

Mi puntaje: 8

Hotel Panamericano

Carlos Pellegrini, 521,
Entrepiso Torre Sur

Teléfonos:
(+5411) 4326 6698
(+5411) 4326 6695

Horarios:
Almuerzos: Lunes a Viernes, 12.00 - 15.00
Comidas: Lunes a Sábados, 19.30 - 0.30.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Enfundá la mandolina


Sebastián Tarica, sabe como divertirse... y de su factoría de restaurants salen siempre criaturas pintorescas, como este bodegón fashion con teléfonos y autitos y latas de galletitas y naipes y. y. y. colgando de las paredes, sin ton ni son. Mucho color, mucha alegría... este es el sello de la trilogía (Enfundá, Olivas i lustres y Dale perejil al toro). El servicio es amable y eficiente, hay runners y camareros entrenados, que saben la carta, recomiendan y estan super atentos a los requerimientos de los clientes. La comida es la porteña típica con una vuelta de tuerca, presentación en azulejos, vinitos dulces que se toman de frasquitos, todo tiene magia! El pan es caserísimo de miga alta y blanca... lo sirven con una pastita para untar y empezamos bien para abrir boca... pedimos unos cornalitos con salsa de morrones ($13) ricos y crocantes, luego un osobucco en cocción de 5 horas con vegetales salteados ($20 ) increíblemente tierno y liviano. El cazón con batatas fritas estaba en un punto excelente, jugoso y sabrosa, quizas necesitara una salsita citrica... ($32) de postre: la clásico chocotorta en versión golosa y helada $12. Enfundá, no defrauda, es para que llevar a los padres a redescubrir los sabores que les resultan familiares, ir en grupo o para una cita informal. El nombre, remite a un tango. Mi puntaje: 8 Salguero 1440 4822-4479