lunes, 10 de enero de 2011

Avila


Avenida de Mayo tiene el Tortoni, el Pasaje Barolo, el Teatro Avenida... Y también tiene hace más de 30 años el Avila. Declarado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires "sitio que mantiene viva la memoria de Buenos Aires".
El local es finito y largo, abigarrado, con miles de cuadritos en las paredes, con mesas antiguas, sillas que no siempre se parecen, todo tipo de vajilla y un clima donde todo eso no desentona. Es un sitio que se ha quedado definitivamente en el tiempo y en eso tambien, reside su encanto.

El servicio... bueno, es difícil de definir. Un señor de largos cabellos, mira con gesto adusto y va trayendo la comida, casi sin hablar. Hay también un camarero vestido de cocinero, que mantiene una hermosa sonrisa todo el tiempo, pero parece ser el súbdito del otro.

El sistema es de menú fijo y consta de: queso gruyere y aceitunas enormes, que llegan en cuanto uno se sienta a la mesa. Luego el desfile seguirá con tortilla al horno, un jamón crudo español cortado a cuchillo impecable, chorizo cantimpalo, rabas, alioli, porotos en escabeche y unas olvidables patatas bravas. De principal salió una paella correcta y sabrosa y pollo a la cerveza negra, muy bien logrado, sin piel y con unas papas crocantísimas y hechas en el momento. A la hora de los postres, sale un surtido (indescifrable pero sabroso) y al final, una buena copa de sidra de barril. TODO al módico precio de $100 por persona. Realmente una ganga! Pedimos también un Tempranillo español certificado de Rioja a módicos $80.

Como si todo esto fuera poco: hay un conveniente show de cantaores con una bailarina que se las apaña muy bien para entretener.

Mi puntaje: 8


En resumen: reserve y vaya, que va a pasar un rato bien alegre y va a comer muy bien.


Av. de Mayo 1384 - 4383-6974 - las reservas son muy recomendables. Tenga previsión de efectivo, porque no aceptan tarjetas.

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