miércoles, 16 de julio de 2008

Comer afuera con chicos

Tarea ingrata si las hay, gatean entre las mesas, encuentran un socio con quien hacer carreritas, piden papas fritas en la mesa de al lado, riegan la bebida por el mantel, estallan el salero contra el piso, lloran, gritan, se quejan, quieren hielo cuando es agosto, se acuestan sobre la mesa y otras linduras. El mozo nos mira mal en cuanto entramos y nos pone cara de "ojalá no se sienten en mi plaza". Los vecinos de mesa piensan que mejor sería amordazar a los angelitos y mantenerlos lejos, muy lejos del lugar donde ellos decidieron pasar un buen momento, a veces piadosos, a veces con total cara de desaprobación, tienen derecho a mirarnos así... que hace ese niño en un vietnamita?
La comida es otro tema, pedirles un plato? En general es plata tirada, comen 2 bocados, le vuelcan la quesera completa y abandonan el plato. Darles de comer cordero a las finas hierbas no parece una buena opción. Entonces uno se sacrifica y pide una milanesa, o unos ñoquis a la crema o "algo" con papas fritas... una lástima! Porque uno fue a comer salmón en costra de sésamo y como una ironía del destino, ve pasar ese plato repetido hasta el infinito y con un aroma que parece el del maná. Mordisquearemos la amargura, junto al puré de calabaza... Otra vez será...
Visto desde el lado de ellos, el plan no puede ser peor, ir a estar sentados ,callados, aburridos durante 2 horas y en la mayoría de los casos a horarios inconvenientes, recuerdo las miles de cenas con mis padres como una tortura... por que no me dejaban con la abuela haciendo un programón de cocinar panqueques y ver dibujitos? Mis padres querían que aprendiera normas sociales y a comer de todo, y tenían esa extraña filosofía de los 70´... los chicos vienen con nosotros a todos lados! Por suerte, ahora se ven muchas menos familias a las 11 de la noche en un restaurant. A eso sumemosle mi condición de hija única... bodrio asegurado.
Las opciones, son 3:
a) Ir a restaurants de cadena, pedir la cajita, hacerlos felices un ratito, tragar la hamburguesa de plástico y resignarse, aun no tienen paladar gourmet.
b) No salir con ellos, pues los que nos rodean no tienen por que soportar a nuestros pequeños demonios arruinándoles la cena, cuando encima por los costos actuales, están pagando una fortuna para irse con dolor de cabeza.
c) Elegir sitios con maestra jardinera y pelotero o sitio de juegos, los niños estarán contenidos y en ocasiones hasta podremos verlos por circuito cerrado de televisión. La comida suele ser sencilla, porteña, sin grandes expectativas, y en su mayoría parrillas. Pero tienen menúes infantiles alrededor de $20 con plato, gaseosa y postre y nos aseguran un rato fuera de bebelandia. Suelen traerles la comida antes y en todo caso, no ponen mala cara y estamos rodeados de gente en la misma situación penosa que nosotros.

3 comentarios:

  1. Una genialidad este post.

    pssst!

    Salir a comer afuera con chicos, es algo que sólo debe reservarse para párvulos absolutamente entrenados, o sea, casi ninguno.

    Por suerte, no lo sufro en carne propia, ya que para los míos comer afuera es lo mismo que para mí, casi una experiencia religiosa, y la disfrutan así desde que son bebés. Sin embargo, sufro a los del resto, tanto o más que sus propios padres que se someten y nos someten a los demás a un tormento innecesario!!

    Voy a pasar este link a un par de amigas, me parece ;)

    Besos

    Reina

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  2. Los inadaptados q solo comen papas fritas a Casimiro por favorrrrrrrrrrr!!!!

    besote

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  3. Amniga del alma, no comparto mucho el post... soy de las que creen que uno puede disfrutar igual de la salida si al chico se le ensñó a comer de todo, y siempre y cuando la cena no dure una eternidad. Nunca dejé de salir por tener una niña, y la cena en vez de durar una hora y media pasó a durar una hora... y disfruté igual del paseo. Cuando era bebé, comía en casa y dormía durante toda la cena con mi marido... y cuando pudo comer, siempre elegí yo el plato y ella comía del mío. Es casualidad? Es aprendizaje? Creo que un poco de todo: pero creo que fervientemente el aprendizaje ayuda mucho! No solo a comportarse fuera de casa sino a comer de todo :=)
    besotes, me encata el blog! y lo sigo recomendando...

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