viernes, 19 de agosto de 2011
Rodizio
Así como hay lugares salidos de las películas de Porcel y Olmedo, donde parece que nada cambió en siglos, también hay lugares detenidos en otros momentos históricos... En este caso, viajamos a la época dorada del Menemato, donde la elegancia se mide en productos "caros" o "sofisticados" (lease: palmitos, tomates secos, champignones, langostinos salmón... apilados sin ton ni son) mucho dorado... Con los mismos productos que en un hotel y sin nada que envidiarle en cuanto a calidad, acá todo luce abarrotado... hasta decadente.
Excelentes los panes, exquisitas las ensaladas, fresquísimas las ostras, supremos los quesos y fiambres pero AY! como era de esperar, malísimo el sushi, con clara cara de haber sido preparado por alguien que toca de oído! Pero no importa... increíblemente se consume a un ritmo aceleradísimo, el público de Rodizio no entiende de sutilezas, sino de cantidad... Y por otro lado me pregunto... no era una parrilla?!?!?!?!? que hacen comiendo sushi antes de las mollejas?? en fin... una laaarga mesa de más de 40 señores con pinta de representantes sindicales, creo que resume la respuesta.
El servicio es clásico, redundante, con montones de mozos, runners, asistentes y demases... pero el hielo me lo tuve que ir a buscar yo a la barra, después de 5 intentos fallidos. Y en eso, de detrás de la barra sale un pelado con cara de loco, junta a todo el personal de mi sector y lo reprende en público y en voz alta mientras intentan dar excusas. Por un precio fijo alto (alrededor de $200 sin bebidas) se puede comer de todo... y nos volvemos a remontar a los 90´s donde este sistema tuvo tanto éxito. Las mesas de fiambres soberbias pero la supuesta especialidad, la parrilla, deja bastante que desear. Les comento: muy bueno el chorizo, de carne paretada y sin grasa. Rica y jugosa la colita de cuadril, original el cordero deshuesado. DURÍSIMO el asado y GRASOSO. Malo el chivito en su idea de asarlo a la espada, gomosa y fría la molleja, difícil el pecho de cerdo. Al final, todo el honor y la gloria, se la llevó el bife de chorizo, increíblemente tierno y sabroso. Me olvidé de mencionar un pecado imperdonable que cometen desde hace más de 10 años: las papas fritas, son congeladas. La bacanal da "derecho" a un postre, que supo ser mejor altri tempi. Yo pedí "a mi manera" que es un disco de merengue con dulce de leche, crema y frutillas, con una bocha de helado, simple y efectivo. El postre de manzana ni estaba tibio ni crocante y el hojaldre estaba húmedo. Una pena.
Mi puntaje: 7
Puerto Madero, Costanera Norte. Conviene reservar.
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Lo mismo pasa con el hermano en la Costanera. La parrila no es lo mejor y lo frío luce amontonado.
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