sábado, 22 de septiembre de 2007

Café San Juan


Hoy fuimos a cenar con Mariana (amiguisima y pastelera) a Café San Juan. Una joyita de 30 cubiertos, que se pasa susurrando de boca en oido. De afuera no dice NADA, es más, si no lo conocés, podés pasar por la puerta mil veces, sin siquiera mirar adentro.... debe de ser uno de los secretos del éxito! Eso, y tener reservada la mesa de antemano, si no, es casi imposible que logres sentarte a comer.

Se acercó un camarero con unas pizarritas escritas a mano, con la lista de las entradas y los principales, elegimos para empezar, un paté de conejo con confitura de ciruela. Al poco tiempo, llegaron unas doradas fetas de pan de campo, con una generosa porción de paté por encima y salseado con la ciruela... Increible! El paté estaba sedoso, muy sabroso, pero para nada pesado, con los condimentos justos y la consistencia ideal, las ciruelas eran una sutileza de acidez que acompañaba a las perfección el plato, casi no pudimos hablar mientras comiamos la entrada, porque estábamos muy concentradas.
El principal, yo ya lo había probado la vez anterior, ojo de bife con aceite de chorizo colorado y papas y morrones sarteneados... una maravilla! El punto de la carne, perfecto... jugoso, es jugoso, no hay eufemismos ni malos entendidos, el punto lo respetan a rajatabla, aunque sospecho que muchos argentinos no acostumbrados al verdadero jugoso, devuelven el plato a la cocina para mas enmarronecimiento de la sagrada vaca. Era sabroso, los sabores se diferenciaban perfectamente unos de otros, MUY abundante (tener en cuenta a la hora de pedir, todos los platos de carne son para compartir) casero, con la justa sazón... realmente para no perdérselo.
Algo que no me gusta: la panera... los panes tienen en su mayoría una fermentación ácida, y una miga seca, con mucha costra... el intento de poner diferentes panes en bueno, pero los comensales se inclinan por los mignones comprados y las tostaditas con ajo y aceite. No es un cosa de hoy, en mi otra visita, y en otras que me han comentado, el pan era exactamente igual a como lo describo.
El postre... a pedido de Mariana, pedimos la torta de queso y cassis... muy buena, aunque no soy fan de los dulces, cortó perfectamente el paladar graso del principal, refrescó y tenia una acidez muy bienvenida.

La relación precio-calidad es muy buena, y precio-cantidad, aun mejor.
El promedio por persona con una copa de vino, ronda los $40.
El servicio es atento y ágil, y se mueve con destreza por el poco espacio reinante.
La dueña de casa, muy amable, hace apoyo a los camareros.
Teléfono para reservas 4300-1112

Mi puntaje 8,5

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