El lugar es bellísimo! remite a un convento, con techos altísimos, decoración medieval y un patio delicioso, con una pequeña fuente y plantas que hace las delicias de quienes visiten el lugar, tiene tan solo 5 mesas, de las más codiciadas y bonitas. (Sin complejos pedir "Off" si reservan mesa en ese sitio, pues lo traen rapidamente)
El servicio, es meloso, pegajoso, melifluo, arrastrado y fastidiante. Cuantas veces se puede decir " a la orden" e interrumpir una charla íntima entre 2 personas? Basta por favorrrrrrrrrr....
Los problemitas reales, empezaron al llegar la carta... El pan, no es rico, la salsita que acompaña, sí.
Pedimos para compartir un tiradito con salsa de maracuyá, era super ácido y eso tapaba la delicadeza que trae un lenguado por naturaleza (alrededor de $80). Luego pedimos unos cayos de vieyra a la parmesana, que si bien estaban rico, tenían tanto parmesano que no se sentía (otra vez) la delicadeza de la carne que acompañaba (alrededor de $70)
Y... hay pescado a lo macho? "no señor... no lo tenemos disponible" ok.
Canelón Alfredo? "no señor... no lo tenemos disponible" ok.
Finca La Linda extra brut? "no señor... no lo tenemos disponible" ok.
GRRRRRRRR
Pedimos una jalea mixta que estaba rica y con una fritura correcta (alrededor de $120) que traía 3 salsitas... Pedimos refill de la más suave y.. adivinen!! "NO SEÑOR! NO LA TENEMOS DISPONIBLE" Lo pueden creer?
Resignados pasamos a los postres, pedimos un simple helado de americana y frutos rojos... OBVIO, NO estaba disponible!
Saquen sus propias conclusiones y hagan juego señores... por que no cierran la puerta directamente todo enero?
Mi puntaje: 4 (si quieren pasar hambre o comer lo que diga el dueño, ahí lo tienen)
lunes, 23 de enero de 2012
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