lunes, 4 de octubre de 2010
Tegui
De afuera... no se nota. Apenas un muro con grafittis y una puerta pequeñita... Traspasándola un espacio super bien ambientado, largo y angosto, con una cocina tan grande como el salón. Con un jardín que sólo tiene bananos. Mucho personal y mucho high tech en los detalles: los camareros (miles) toman los pedidos en un palm que transmite los datos a la cocina... (un laboratorio) donde hay cocineros que parecen laboratoristas (miles). Hay servicio de guardarropas, que siempre es un detalle apreciable.
El servicio es atento correcto y cargoso... uno trae el pan, otro toma el pedido, un tercero acerca un salero y parece el cuento de los dedos "este compró un huevo, este le puso sal..." La palm no funcionaba y en lugar de tomarnos los 2 (dos) platos de memoria... tuvimos que esperar que cargaran la batería. No es sólo un vicio de Tegui el de los camareros en exceso. Pero creo que no se tiene en cuenta lo invasivo que puede ser interrumpir cada 5 minutos la conversación para agradecer cortezmente algo que sucedió.
El pan lo sirven desde una bandeja donde hay 5 variedades: de nueces (tipo biscotti) de cerveza, focaccia de papas, tradicional y brioche. Todos son deliciosos, y llegan apenas tibiecitos a la mesa. Me pareció super interesante que el de nuez fuera crocante. Mientras uno espera, llegan unos conitos con queso de cabra y tomate. Luego una manteca salpicada de ciboulette y unas mini blinis tibias con crema ácida y caviar de berenjenas. Antes del plato, una cucharita de espuma de coco, con una laminita de salmón ahumado, en la boca quedan tropezoncitos de coco.
El sistema de menú es así: 1 paso $110, 2 pasos $180, 3 pasos $220. Bebidas aparte. O menú degustación de 6 pasos $220 ú 8 pasos $280. Optamos por el sistema de pasos y pedimos una tarta de hojaldre, sesos y jamón crudo, q sale con un helado de tomillo. También una burratta con frutillas fileteadas, brotes de rabanito y gelatina de aceto. Rico, sorprendente... buena combinación de texturas, un equilibrio perfecto en las propuestas. Luego pedimos raya con bolognesa de pulpo en un punto de cocción maravilloso, pero un poco excesivo el dejo tomatoso del pulpo. Y el conejo confitado, que estaba delicioso! con queso de cabra y tomates confitados. Por fin, compartimos un soufflé de chocolate amargo, con sorbete de mandarinas y madeleine de jengibre. La cuenta, con un vino discreto, ascendió a $585.
Mi puntaje: 8,5
Costa Rica 5852.
Reservas imprescindibles 5291-3333
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