Una parrillita de lo más simpática y bien ambientada, con mantelitos rojos a cuadros, lindas tablitas cuadradas de madera, buenos cubiertos, cuidadosa en los detalles, toda organizada alrededor del amplio sector para niños, cosa que se agradece, pues son visibles desde todas las mesas del local. El servicio es cortés... y familiar! los clientes entran y le dan besos a Pedro o a Andrea, evidentemente gente que va seguido, como quien se siente en su casa con los chicos bien cuidados.
Parecía que el sistema de "tenedor libre" había muerto con los Grant´s y los chinos pero no!! en este rincón de Caballito goza de buena salud y de una calidad muy convincente en relación al precio, $38 para los adultos con : empanadas para abrir boca, chorizo, morcilla, riñón, chinchulín, y provoleta en el batallón de entrada, pollo deshuesado, lechón, pecho de cerdo, asado, vacío, entraña y un exquisito matambre (tiernizado o a la pizza) . Acompañan los manjares, papas fritas, batatas fritas y una mesa de ensaladas sencillas pero frescas y variadas.
Tienen cuidado con los detalles: buen chimichurri y salsa criolla en cazuelitas muy monas y un pan de rico sabor. Hay Gaseosas de litro y medio a $16 de la línea Coca Cola. El cubierto de menores es un poco caro ($27) pero se justifica con el milagro de comer tranquilos!! A los postres no llegué, pero se ven sencillos y bien caseros!!
Hay lugares que se van haciendo fama (modesta fama) merced a la voluntad de sus dueños, que atienden, limpian mesas, cocinan, cantan, bailan y zapatean... pero en ocasiones solo con la buena onda, no alcanza para que un lugar se mantenga a flote.
Es el caso de Bodegacampo, un lugarcito que podría ser simpático ubicado en el centro, a metros de Corrientes, en plena zona de oficinas con buenos precios y comidas rápidas campestres. Con todas estas ventajas, debería estar llenísimo... pero NO, no lo está y eso mismo ya es para sospechar: sólo 2 mesas un jueves al mediodía no puede augurar nada bueno. Claro que los vidrios visiblemente sucios, no colaboraban tampoco.
El servicio es informal, con mucho de simpatía y clima de estar en casa, francamente agradable y acorde a la propuesta, el pan (incomible y galletoso) no tardó en llegar, pero ni con un poquito de manteca siquiera para batallar con el hambre de las 13 hs. y esperar la comida. Pedimos empanadas (ricas, cortadas a cuchillo, con una masa crocante y un toque saladas a $4 ) también el plato del día que era mondongo ($20) livianito, mucho mondongo pero correcto y casi tímido... Probamos la humita en chala ($16) contundente y sabrosa, amerita ser acompañada de alguna salsita para combatir la sequedad en boca.Cabe destacar, que antes habíamos pedido la cazuela de carne y calabaza con canela ($20) que estaba muy amarga y difícil de comer, con mucha buena onda, accedieron a cambiarnos el plato.
Como muchos de los que visiten este blog sabrán, soy cocinera profesional, 34 años, de Buenos Aires. Sobre todas las cosas, soy una amante de la cocina, una pasión que me viene de familia, ya que mi abuelo, tambien era cocinero. Me encanta encontrar el tomate perfecto, oler los mangos maduros, probar ese queso sabiamente envejecido... Las excursiones a los mercados forman parte de todos mis viajes, y el respeto por la materia prima es una de mis pasiones. Me gusta tambien recorrer restaurants, desde pequeñas y simpáticas fondas, hasta restós de moda, desde asiáticos hasta porteños, pasando absolutamente por todo en el medio.
La idea de crear este espacio, es poder contar mis experiencias, intercambiar opiniones con ustedes, subir recetas, fotos, novedades del mundo de la gastronomía... Que nos nutramos entre todos, y nos divirtamos por el camino!