miércoles, 17 de febrero de 2010

Le Sud


Los restaurants van teniendo la impronta de quien los conduce, de quien se ubica detrás de los fuegos y día a día conduce una brigada de profesionales. Si el chef es delirante, se nota... se es soberbio, se nota.... si es un apasionado amante de su trabajo y de la comida TAMBIÉN SE NOTA! Con el cambio de conducción en los fogones de Le Sud pasamos de una cocina soberbia, pomposa y delirante a una cocina que hace lucir lo mejor de lo mejor de nuestra fauna y flora, con un menú más sencillo, donde se luce la materia prima sin artificios. El restaurant abrió sus puertas con el francés Thierry Tzonka y tiene hoy en día al humilde y gran cocinero, Olivier Falchi. El cambio se nota y se agradece. El salón es un precioso sitio con vista a la calle Arroyo, con mesas de exquisita madera negra y unos comodísimos sillones, con vajilla impecable y vasos de fino cristal labrado, aun así, no resulta chocante ni pretenciosa, tiene unos bellos óleos en los nichos del asparedes principales y el resto de la vista se recuesta sobre la recepción del hotel. El servicio es super atento, discreto, cálido... bien uniformados y bien entrenados. Los panes (maravillosos: carta de música, focaccia, 2 variedades de negros, baguette, saborizados y más) los sirven permanentemente desde una canastita muy mona, aunque no siempre la reposición sigue le ritmo del consumo. Con ellos llega una manteca de salmón ahumado, un aceite saborizado y un queso crema con sésamo. Pronto una mouse bouche: dados de zapallo infusionados con hierbas y queso parmesano, con un pétalo amarillo (me hizo temblar pensando en comida rara.. pero por suerte fue el único exotismo con el que nos topamos). De entrada pedimos las mollejas con mini verdes ($45) untuosas, y perfectas, se deshacían en la boca, junto con el tartare de pescados y ostra ($48) con los dados cortados quizás un tanto grandes, con aderezo de sésamo tostado, no sorprende. Principales: una INCREÍBLE y maravillosamente bien cocinada merluza negra ($85) sale con un salteado de berberechos y camarones, respetando el punto en que se convierte en delicia, con sal Maldon por encima... ESPECTACULAR. El otro principal fue la costilla de ternera con papas ($82) un plato simple que no debería fallar... aunque no nos preguntaron el punto de cocción y la terneza no era una virtud de la vaquita en cuestión. No llegamos a los postres, nos detuvimos en el café, acompañado con macarons. A la salida, un gesto precioso: una bolsita con cookies para las damas. Mi puntaje: 9 Arroyo 843 Reservas al 4131-0130

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