
El restaurant es grande, luminoso, bien ambientado, salvo por una barra en el lateral izquierdo con un montón de chucherías y porquerías amontonadas, que no tiene ningún sentido y afea el conjunto final. Tienen una linda terraza y algunas mesas más lindas que otras, aunque los mantelitos tejidos al crochet tienen marcas de vaya uno a saber que comensal, desde antes de pedir el agua mineral...
El servicio es antipático, desde la recepcionista con el "tienen reserva?" ridículo el mediodía de un miércoles y con el salón a media máquina. Esa cosa de no dejar al cliente estar cómodo y marcarle el paso es un muy mal vicio de estas chiquitas anoréxicas aspirantes a modelos, que necesitan justificar el sueldo. Seguimos con el camarero, al que no se le pudo extraer una sonrisa en toda la comida, otro que nos maltrató y nos ninguneó todo lo que pude, hasta q lo llamé levantando el tono con un "DISCULPAME" que lo trajo rojo como un tomate, por fin a la mesa... y claro! Eramos los únicos locales.. será que nuestra plata no vale lo mismo que las propinas extranjeras? jajajaja. La cuchara la puso al revés para el postre, el agua la servia con la fuerza del volcán Vesubio, y ni una vez se ocupo de las servilletas que por demasiado almidonadas, iban a dar al suelo.
La panera tiene unos pancitos morochos, que parecen de leche, medio dulzones muy interesantes y unos blancos del montón, acompaña un trío compuesto por manteca, una especie de mousse de salmón y algo indescriptible por vista, olfato y gusto.
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Mi puntaje: 6
Alicia Moreau de Justo al 200
Muy buena critica,super completa,con varios defectos comunes a este tipo de restaurants!
ResponderBorraratentamente
commendatore