viernes, 14 de septiembre de 2012

Aldo´s

En una cuadra medio perdida de Buenos Aires, y donde supo estar el restaurant Moreno, está el primer emprendimiento con nombre propio, de un sommelier consagrado en el ambiente local. La propuesta es la de una vinería con restaurant, donde también se hacen catas, cursos y actividades ligadas a bodegas. Aldo´s le debe su nombre a Aldo Graziani, primer camada de la Escuela Argentina de Sommeliers y actual vicepresidente de la Institución, tuvo su paso por Gran Bar Danzón, Faena Hotel y otros. Jurado en concursos, armó un espacio bien personal. El concepto es el de una vinería (los precios de la carta son más que amables en cuanto a las bebidas) donde se puedan disfrutar los productos que además, están a la venta.
El lugar es divino! luminoso de día, con amplias vidrieras que dan sobre la calle Moreno, próximo al Museo Etnográfico, de noche, mediante unos cortinados de terciopelo e iluminación puntual y cálida, se transforma en un sitio bien ambientado, canchero y cómodo, con buena música. 

El servicio es un tanto insistente, dado que fuimos un martes a la noche y había un cuarto del salón ocupado, deberían leer mejor las señales físicas de los clientes y no invadir. La carta de vinos te la entregan en un IPAD, el resto, impresas (letra demasiado chica, para ser leída de noche y con poca luz). Bien lookeados, por supuesto, están sólidamente formados y se nota.

Pedimos un brie tibio con quinotos en almíbar, deliciosa combinación (aprox. $52) un capaccio de lomo (aprox. $54) de una carne dulce, apenas veteada, húmeda, transparente... increíble!! y un soufflé de quesos ($50 aprox.) que podría haber salido del horno 2 minutos antes para hacerme mucho pero mucho más feliz... estaba demasiado dorado y seco en boca. También una cremme bruleé fue de la partida absolutamente sedosa y fresca. Buen café. 
El servicio de mesa, un dip de remolacha con 2 panes que conocieron tiempos mejores y 4 tostaditas de focaccia, sale $15 x pax.

Mi puntaje: 8,5

Moreno 372

jueves, 13 de septiembre de 2012

Almacén de pizzas (sucursal Pedro Goyena)

En una esquina con mucha vida, en las 3 primeras cuadras de Pedro Goyena, donde se concentra los locales gastronómicos de esta zona, está esta sucursal de la cadena que desde 2006 vienen imponiendo un "nuevo concepto en pizzas". La decoración es muy cálida, con fotos de clientes comiendo pizzas, con lindos boxes, con las mesas con una separación más lógica que en la sucursal de Av. Rivadavia. INNECESARIO 100%  el lcd prendido en silencio, rompe con una armonía en la propuesta y no aporta absolutamente nada. En las mesas, un llamador electrónico para requerir al camarero, para pedir la cuenta y para causar el asombro de los niños. 
Muy lindas mesas en la vereda, en una avenida tranquila y arbolada, para tener en cuenta en las nochecitas.


El servicio es altamente destacable, la camarera que nos tocó (Cecilia?) era más que sólida en la atención en todo el sentido de la palabra, de las mesas a su cargo. Una linda sonrisa y mucho entrenamiento hacen la diferencia. Están bien lookeados.

El servicio de mesa ($6,5) incluye un dip y unos pancitos caseros, ricos! Aunque en una pizzería, es una exceso de la propuesta masa. Probamos las empanadas de vegetales al horno: buenísimas! con el sabor de las verduras al horno, el condimento justo, la humedad necesaria. También una de edición limitada de panceta y roquefort, que aunque rica, está desbalanceada en la competencia entre 2 sabores tan intensos (todas $8) El menú infantil consta de una bebida y una pizzeta, en este caso de jamón, que vienen también con morrón y aceitunas, rica!! Pedimos también la pizza de 4 estaciones, que nos resultó deliciosa y super buena para identificar el estilo de Almacén. El cuarto que más nos impactó, fue el de espárragos y huevitos de cordorniz, en un balance prefecto de sabores. El resto de los cuartos, son napolitana, jamón y morrones y brie. La masa nos resultó más amigable que en la otra visita, pero crocante de todos modos. Ojo con eso!! (la chica $80) A los postres, los helados son impecables, de marca super reconocida y probamos también uno que venía recubierto en crocante de almendras. El café es muy muy muy bueno y completa la experiencia. 

Mi puntaje: 8,5

Avenida Pedro Goyena 301, se puede reservar mesa, lo cual es conveniente porque la cola de gente esperando mesa, es impresionante!!

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Parque cervecero de Quilmes

En un predio grandioso, con muchos juegos para chicos, espacios de sombra donde los vecinos se sientan con el mate, muchos árboles y un estacionamiento gigante, se encuentra el famoso Parque cervecero que otrora perteneció a la cervecería Quilmes. Posee quioscos de expendio de bebidas y helados y un restaurant gigante... GIGANTE!! Cuenta con un escenario donde suele haber recitales de música folclórica. 

El servicio es lo primero que trastabilla, es desorganizado y si bien las camareras se esfuerzan, todo queda tan lejos (la cocina, el bar, el puesto de postres) demoran, se confunden, se olvidan... y a uno hasta le da pena insistir con el hielo o los condimentos cuando hay que hacer 2 cuadras para traerlos. Con un vestuario demodé, tienen un jefe de salón entrado en años, que es el que resuelve un poco el caos.

Eramos muchos en una mesa grande, la cerveza tirada está bastante bien ($7) y es lo que más sale, increíblemente, sin siquiera un maní para acompañar... las gaseosas son de máquina y espantosas ($8) una picada cotiza en $160 para 2. Pedimos una caliente que viene con 2 chopps ($55) que trae ravioles fritos con salsa, una especie de nuggets y otras cosas espantosas que no probé. Los sábados al mediodía hay asador ($58 en vacío) pero estaba duro. Las papas fritas son congeladas ($20). Hay algunos platos de la cocina alemana, como salchichas con chucrut ($39) bien las salchichas, espantoso y con gusto a fermentado el chucrut. Las mini tortas tienen buena pinta y salen $26 cada una. El café $12.
Cobran servicio de mesa, por absolutamente nada ($6)
En resumen, olvidable.

Mi puntaje: 5

Triunvirato al 700, Quilmes. (se puede reservar mesa)

martes, 11 de septiembre de 2012

Tataki

Cuando estamos por la zona de Corrientes, llena de teatros, de cines de librerías y de malas propuestas gastronómicas formadas por pizzerías, bodegones y bares... es difícil elegir QUE comer y no morir en el intento. En Rodríguez Peña y Corrientes, hay un local que se ve muy poco, con una decoración espantosa, fría, colores mal elegidos, luces de tubos... casi como una Fridda Kalo que se deja los bigotes de puro gusto. No practican exactamente la fusión, sino que hay 2 cartas una seguida de la otra: comida japonesa y peruana. 


El servicio, ofrecido solo por 2 camareras, es muy bueno, eficiente, contundente, es una de las primeras buenas sorpresas con las que nos enfrentamos, una vez aventurados a abrir la puerta de Tataki.
Como practican las 2 cocinas, te reciben con una panera y un dip, si llegás muerto de hambre, se agradece.
Otro punto super destacable, es que el sushi sale relativamente rápido, y como en esa zona uno siempre anda con poco tiempo, es un acierto.

Probamos el ceviche mixto, correcto, con la acidez justa, abundante y super fresco ($65) hubiese deseado que me trajeran aparte, la salsa de Rocoto. Pedimos también una tabla especial de 40 piezas ($263) las piezas son medianas, con excelente proporción entre el pescado y el arroz, los sashimis gruesos y deliciosos de un muy buen salmón veteado de grasa fundente, el arroz en el punto justo, los rolls deliciosos. 
A los postres no llegamos, pero en la carta están todos los clásicos peruanos y argentinos.

Mi puntaje: 7

Rodriguez Peña y Corrientes